James Rodríguez debuta al fin en un Rayo feliz | Fútbol | Deportes
El mejor jugador de la Copa América debutó esta noche en Madrid con la camiseta del Rayo. James Rodríguez entró al campo de Vallecas en el minuto 86, cuando el conjunto dirigido por Íñigo Pérez ya había remontado el tanto inicial de Raúl García del Haro con un golazo del central Mumin y otro del lateral Ratiu después de que el equipo mejorara por el impacto de Isi, De Frutos y Unai López, que cerró el marcador con un tiro formidable desde fuera del área cuando ya se ponía el telón.
3
Augusto Batalla, Andrei Ratiu, Florian Lejeune, Abdul Mumin, Pep Chavarría, Gerard Gumbau (Unai López, min. 63), Álvaro García (James Rodríguez, min. 86), Óscar Trejo (Jorge de Frutos, min. 56), Adri Embarba (Isi Palazón, min. 56), Óscar Valentín y Sergio Camello (Sergi Guardiola, min. 86)
1
Sergio Herrera, Alejandro Catena, Abel Bretones, Enzo Boyomo, Jesús Areso, Jon Moncayola (Rubén Peña, min. 75), Aimar Oroz (Pablo Ibáñez, min. 65), Lucas Torró, Rubén García (José Arnáiz, min. 75), Raúl García (Ante Budimir, min. 65) y Bryan Zaragoza (Moi Gómez, min. 83)
Goles
0-1 min. 26: Raul García de Haro. 1-1 min. 49: Abdul Mumin. 2-1 min. 65: Andrei Ratiu. 3-1 min. 94: Unai López
Arbitro Alejandro Quintero González
Tarjetas amarillas
Moreno (min. 18), Bryan Zaragoza (min. 18), Jon Moncayola (min. 41), Sergio Camello (min. 58), Abdul Mumin (min. 77), Unai López (min. 87)
Con Óscar Valentín como metrónomo, el Rayo impuso su ritmo alto y su presión adelantada para tumbar a los navarros en medio de la expectación por el estreno del mediapunta colombiano, que a sus 33 años decidió regresar este verano a la Liga de la mano de uno de los clubes más humildes de Primera cinco temporadas después de haber salido por la puerta de atrás del Real Madrid. Cuando saltó al césped, el estadio —empotrado en el corazón del barrio obrero de Vallecas y con un puñado de banderas colombianas en las gradas— le dedicó una ovación atronadora. En el primer balón que tocó mostró la calidad que atesora en su pie izquierdo al filtrar un pase largo fantástico a Sergi Guardiola a la espalda de la defensa rojilla.
Fue la vuelta de James a la élite del fútbol de clubes tras una trayectoria que dibujaba una decadencia incuestionable —fue despedido del Al-Rayyan catarí en 2022, recibió el finiquito del Olympiacos en 2023 y el pasado agosto se desvinculó del São Paulo tras renunciar a una parte de su indemnización— hasta que la selección colombiana, donde lleva el 10 y es el capitán, lo volvió a poner en el foco este verano para brindarle quizá su último tren para triunfar de nuevo en una de las grandes ligas europeas.
James, que llegó a su nuevo equipo a finales de agosto, no había tenido minutos en las derrotas contra el Barcelona en casa y contra el Espanyol a domicilio. Íñigo Pérez, el entrenador rayista, lo dejó fuera de ambas convocatorias. El técnico explicó que el mediapunta zurdo todavía estaba adaptándose y recuperando la forma, pero en este último parón de selecciones jugó con Colombia en Lima en el empate ante Perú y sobresalió en el triunfo ante Argentina en Barranquilla. Allí, en la ciudad caribeña, el exjugador del Real Madrid puso primero un caramelo para que Yerson Mosquera cabeceara ante la portería del Dibu Martínez a bocajarro, y después transformó el penalti de la victoria para redimirse de una pifia suya en un pase que había terminado en el gol de Nico González.
Si en 2014 James llegó a la Liga después de firmar un Mundial fabuloso con Colombia —Florentino Pérez pagó unos 80 millones de euros al Mónaco por el pichichi de la Copa del Mundo con seis goles y una actuación despampanante—, una década después ha aterrizado en el Rayo en el año de su centenario tras sellar una Copa América tan formidable como inesperada.
Antes de que empezara el torneo, el mediapunta solo había jugado 265 minutos con el São Paulo, donde era suplente. Sus cuatro etapas anteriores, en el Olympiacos, el Al-Rayyan, el Everton y su año final en el Madrid, no invitaban a imaginar la Copa América que cuajó. James pareció volver a la vida futbolística en el campeonato celebrado en Estados Unidos. Su zurda, con una calidad excepcional para el pase y el disparo, dio seis asistencias —también marcó un penalti— y Colombia llegó a la final, en donde perdió ante Argentina en la prórroga.
En la selección cafetera, donde ya suma más de 100 partidos, James escapó en julio del ostracismo futbolístico. Hace diez años, tras deslumbrar en el Mundial de Brasil, su primera temporada en el Madrid fue la mejor que firmó en Europa. Era un jugador en su mejor estado de forma y se convirtió en un fijo en el once de Ancelotti, que estaba en su segundo curso al frente del banquillo blanco. El técnico italiano adoraba su capacidad para lanzar al espacio en pocos toques a tres miuras como Bale, Cristiano y Benzema. Con el dorsal 10 en la espalda, hizo 17 goles y dio 18 asistencias en 46 partidos, pero el Madrid se quedó en blanco —el Barcelona alzó su segundo triplete con Liga, Champions y Copa— y el colombiano jamás volvió a ser el mismo futbolista. Comenzó a copar titulares por lo que hacía fuera del césped: se cuestionó el estilo de vida que llevaba, se separó de su esposa, Daniela Ospina, en 2017 tras seis años de matrimonio y protagonizó episodios escandalosos, como cuando la Policía Nacional lo persiguió a 200 kilómetros por hora por la autopista hasta Valdebebas.
En el verano de 2017, su bajón en el rendimiento lo empujó a salir del Madrid con una cesión de dos años al Bayern. Tras pasar en su carrera también por Argentina, Portugal, Francia, Inglaterra, Qatar, Grecia y Brasil, James tiene ahora en el Rayo —séptimo con siete puntos— su última bala para volver a brillar en España.