El Madrid alcanza las semifinales de la ACB por la vía rápida antes de la Euroliga | Baloncesto | Deportes
ACB – cuartos – jornada 2
Sin el brillo de otras veces, pero con el mismo oficio y el mismo resultado. El Real Madrid se arremangó para doblegar al Gran Canaria, sumar el segundo triunfo en cuartos de la ACB y alcanzar las semifinales por la vía rápida antes de concentrarse en la Final Four de la Euroliga, la próxima semana en Berlín con el reto de renovar el carnet de campeón de Europa.
Después de la paliza del primer envite, el viaje a la isla deparó un choque mucho más igualado y pasional. Shurna encendió a su equipo con un baile de movimientos que anticipaba ya otro tipo de encuentro. El Granca perseguía la canasta rápida, huyendo de un careo estático en el que Tavares suele resultar vencedor (9-8). El Madrid buscaba a su gigante en ataque, enchufado a la conexión con el timonel Campazzo.
Cómodo para correr y para encontrar tiros liberados, y refrescado con los cambios (Chus Mateo empleó 11 piezas en los 10 minutos iniciales), el Madrid alcanzó silbando la primera pausa: 18-25. El Granca era Shurna.
Un mate de Poirier y tres segundos después Llull encesta. El Madrid aceleraba y el equipo amarillo respondió con los triples de Bassas y Salvó. También con otra vuelta de tuerca en la defensa para evitar regalos: 31-33. El uso del tiro exterior fue abuso y varios ataques locales murieron escupidos por el aro (33-43 al descanso).
GRAN CANARIA, 71; REAL MADRID, 73
Gran Canaria: Albicy (8), Kljajic (3), Brussino (14), Shurna (19), Lammers (0) –equipo inicial–; Bassas (5), Slaughter (3), Pelos (0), Happ (12) y Salvó (7).
Real Madrid: Campazzo (10), Abalde (6), Musa (12), Yabusele (4), Tavares (13) –equipo inicial–; Sergio Rodríguez (2), Llull (11), Hezonja (8), Poirier (4), Rudy (3) y Ndiaye (0).
Parciales: 18-25, 15-18, 25-17 y 13-13.
Árbitros: Peruga, Torres y Martínez. Sin eliminaciones.
El Gran Canaria rescató su fe para seguir apostando a la ruleta pese a los fallos lejanos, sobre todo de Albicy, y así empujó para reducir la brecha: 45-49. Era su última oportunidad de plantar cara y el Madrid tuvo que echar mano de sus recursos, que son muchos. Dos triples de Musa y Abalde devolvieron el parcial y los hombres de Lakovic respondieron con la misma moneda, un par de grandes defensas y ataques rápidos para escribir el 58-60 antes del desenlace.
En el Madrid era el momento de la vieja guardia. El conjunto blanco quería controlar el partido. El Gran Canaria, que se descontrolara, sin miedo para el cuerpo a cuerpo y para retar a carreras al campeón de Europa. Hezonja y Tavares dieron otro estirón (64-72), hasta que el Granca se dejó la piel en el intento. Todavía tendría un tiro para ganar, pero falló Slaughter. El conjunto amarillo se despidió con honor. Los blancos ya miran a Berlín.
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