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La ayuda humanitaria llega al muelle temporal de EE UU en Gaza mientras Israel acumula tropas en Rafah | Internacional



El puerto temporal fabricado por el ejército estadounidense para suministrar ayuda humanitaria a Gaza ya está operativo y el corredor marítimo para transportarla ya está en marcha. Este viernes han comenzado a llegar los primeros cargamentos, según ha anunciado el Mando Central de Estados Unidos, en medio de críticas de ONG, y del secretario general de la ONU, António Guterres, que insisten en priorizar el más eficaz acceso por tierra. Desde que las tropas israelíes tomaron a principios de mes el lado gazatí del paso fronterizo con Egipto, Rafah, no ha entrado por allí ayuda humanitaria. Israel sigue acumulando tropas y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, ha asegurado que la ofensiva en Rafah ―de donde ya han huido 630.000 palestinos, por orden del ejército israelí o por miedo― “continuará y se intensificará”.

“Hoy aproximadamente, a las 9.00 horas locales, camiones con ayuda humanitaria comenzaron a entrar en Gaza a través del puerto temporal”, apuntaba el Mando Central en un comunicado, en el que puntualizaba que lo que se desarrolla es un “esfuerzo multinacional para entregar más asistencia a los civiles palestinos en Gaza a través de un corredor marítimo de naturaleza íntegramente humanitaria”. El material que se distribuirá vendrá “donado por una serie de países y organizaciones humanitarias”, agrega el Mando, que también precisa que “ningún militar estadounidense puso el pie en Gaza” durante la operación.

El puerto temporal, un muelle de varios centenares de metros, había quedado colocado en una playa de Gaza este jueves, después de que los militares estadounidenses completaran el ensamblaje de sus piezas en el puerto israelí de Ashdod tras dos meses de trabajos.

Según han apuntado el Pentágono y la agencia estadounidense de ayuda al desarrollo (USAID), el objetivo es que el corredor marítimo sirva de complemento a los lanzamientos de asistencia desde el aire y, sobre todo, a la entrada de ayuda por vía terrestre a través de los puestos fronterizos en Erez y Rafah, ahora cerrados. “La ruta marítima es adicional y no está pensada para sustituir las rutas terrestres de entrada a Gaza”, apuntaba el vicealmirante Brad Cooper, comandante adjunto del Mando Central, en una rueda de prensa el jueves en el Departamento de Defensa.

Dudas sobre el proyecto

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El énfasis en que no servirá como sustitución busca resolver las dudas que genera el proyecto en las organizaciones internacionales y no gubernamentales. “La cuestión fundamental es: ¿seremos capaces de introducir suficiente ayuda para mantener a la gente con vida? Ya hemos dejado muy claro que, a menos que las cosas cambien radicalmente a mejor, la respuesta es que no”, indicó el portavoz de Guterres, Farhan Haq, en rueda de prensa, al ser preguntado sobre el muelle. Para evitar una hambruna, aseguró, debería emplearse la ruta “más rápida y obvia”, la terrestre.

A esto se suman los ataques esta semana, por grupos ultraderechistas israelíes, a camiones que transportaban ayuda humanitaria desde Jordania, a su paso por Cisjordania. En uno de los vídeos de los ataques se los puede ver tirando el suelo sin que los soldados a su lado hagan nada para impedirlo. Otro vehículo acabó incendiado.

Todo ello ocurre mientras los tanques y la aviación militar israelí bombardean partes de Rafah y las milicias gazatíes disparan misiles anticarro y proyectiles de mortero contra las tropas concentradas en el este y en torno al paso fronterizo. La ofensiva en Rafah es aún parcial, y no se ha convertido aún en la gran invasión que teme la comunidad internacional, incluido el principal aliado de Israel, EE UU. No obstante, más de 630.000 gazatíes han huido ya de Rafah, según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA). Es casi la mitad de los que se cree que se concentraban en el considerado último refugio de la Franja, tras siete meses de desplazamientos forzosos consecutivos. “Muchos han buscado refugio en Deir al Balah, que está ahora insufriblemente superpoblado y con pésimas condiciones”, ha señalado la UNRWA.

El ejército israelí insiste en que el cierre de Rafah no afecta a la cantidad de ayuda humanitaria que entra en Gaza y que este jueves entraron 365 camiones por el sur y el norte. El domingo, añade, Israel compró cientos de tiendas de campaña para Al Mawasi, la que ha designado como zona humanitaria para los desplazados de la operación en Rafah y que solo Israel considera que reúne las condiciones para albergarlos.

Según ha precisado Cooper, el objetivo inicial es descargar cerca de 500 toneladas de ayuda, que ya se encontraba almacenada en los barcos esta semana a la espera de recibir el visto bueno para su transporte. En los primeros días el muelle gestionará el equivalente a unos noventa camiones de asistencia, con la meta de ampliarlo gradualmente a 150 camiones. “Tenemos cientos de toneladas de ayuda humanitaria ya preparada para su entrega en los próximos días”, ha asegurado el “número dos” del Mando Central, y “miles de toneladas en camino”.

El corredor tendrá su punto de partida en Chipre, donde será supervisada por israelíes. Allí se organizará y dispondrá en palés la ayuda humanitaria enviada por las organizaciones humanitarias y Gobiernos. De allí viajará en buques comerciales hacia una plataforma en alta mar gestionada por las fuerzas estadounidenses. En esa plataforma se transferirán los cargamentos a buques militares estadounidenses más pequeños, con capacidad de carga entre cinco y quince camiones cada uno, que trasladarán el material al puerto en Gaza.

Una vez en el muelle, los cargamentos volverán a organizarse bajo la supervisión del Programa Mundial de Alimentos de la ONU para que las asociaciones humanitarias los distribuyan por la Franja. Según el almirante Cooper, esos palés tan solo permanecerán en el puerto unas horas, el mínimo tiempo necesario para tramitarlos y cargarlos en los camiones, antes de proceder a su reparto.

Para evitar retrasos y problemas burocráticos se han establecido dos estaciones de coordinación con la parte israelí y las organizaciones humanitarias, en Chipre y en Israel, según el Pentágono. Cerca de un millar de militares estadounidenses participarán en la operación marítima, que según la agencia Reuters costará cerca de 320 millones de dólares (295 millones de euros).

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