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Gambia cambiará su emisión de pasaportes para evitar las acusaciones de fraude contra los menores que llegan Canarias | España


gambia - pasaporte
FERNANDO HERNÁNDEZ

El Gobierno de Gambia está cambiando el proceso de emisión de sus pasaportes con el fin de evitar los fraudes de los que se acusa a los emigrantes gambianos que llegan a España de forma irregular. El problema se ha puesto de manifiesto, sobre todo con jóvenes que, al llegar en cayuco a Canarias, aseguran ser menores de edad. Para demostrarlo presentan pasaportes y partidas de nacimiento que, sin ser falsas, no necesariamente reflejan los verdaderos datos del interesado. “Gambia se ha dado cuenta del problema y estamos trabajando en ello”, mantienen fuentes diplomáticas. “No es una cuestión de mafias, sino de procedimiento”, añaden.

Los pasaportes de Gambia han causado mucho revuelo en los últimos meses. Tras la llegada de unos 2.000 gambianos a las islas canarias en 2023, la Policía Nacional elaboró un informe técnico en el que cuestiona la veracidad de los datos que se plasmaban en sus pasaportes, sobre todo, en el caso de aquellos que aseguraban ser menores. El problema, según la policía, es que Gambia aún convive con dos pasaportes, uno biométrico y más fiable, y otro más antiguo que, además de no contener huellas dactilares, puede emitirse sin que el interesado esté presente.

La derivada de este informe es que se ha instalado una sospecha generalizada sobre todos los gambianos que han declarado ser menores de edad y se están dando varios casos de indefensión. Aunque la policía duda por norma de los pasaportes de este país, no está denunciándolos, lo que permitiría a sus portadores defenderse de la falsificación que se les atribuye o aportar otros medios para acreditar su edad, según reclaman sus abogados. En paralelo, los fiscales han ido decretando mayorías de edad a pesar de que los casos no estuviesen tan claros. En la Embajada de Gambia relatan que varios afectados por este problema han pasado por su sede en los últimos meses. “Muchos no tienen apariencia de niños”, reconocen. Pero también advierten: “Es un error generalizar, démosles el beneficio de la duda”.

El caso más mediático ha sido el de un chico que dice tener 14 años, pero la Fiscalía —basándose en el informe técnico de la policía, una prueba de determinación de edad (cuestionadas por su fiabilidad) y la apariencia del joven— no dio credibilidad a los documentos que aportó y decretó su mayoría de edad. El chico había sobrepasado el tiempo que podía estar acogido como adulto y no podía ser atendido como un menor así que se quedó en la calle. El Comité de Derechos del Niño de la ONU intervino para pedir a las autoridades españolas que lo protegiesen mientras se resolvía definitivamente el caso, pero, casi un mes y medio después, el chaval continúa en un albergue para personas sin hogar. También han trascendido casos de jóvenes acusados de llevar el timón de los cayucos en los que llegaron y que están en prisión a pesar de que reivindican su minoría de edad. “Los abogados reclaman que se cumpla la ley. Una persona con pasaporte no está indocumentada y si se genera una duda sobre la edad, hay que dar trato de menor hasta que se aclare”, explica el abogado Daniel Arencibia.

En los casos que se han conocido, los ciudadanos gambianos han presentado documentación que acreditaría su minoría de edad, informes de la Policía Nacional en la que no se ven indicios de falsificación y han incluido certificados de autentificación de la Embajada de Gambia. Estos certificados constatan que el documento es verdadero y válido, porque así lo es, pero, en realidad, advierten fuentes diplomáticas, no confirman que los datos que constan en él lo sean. Principalmente, porque no tienen como corroborarlo. “Estamos aprendiendo cada día. Ahora les solicitamos que vengan en persona para emitir ese certificado”, explican. En realidad no se trata de que el pasaporte sea falso, sino de que sea verdadera la información plasmada en él. En los últimos meses, han emitido ya unas 200 autentificaciones, pero ahora el filtro es mayor.

Para acabar con el problema, el primer paso del Gobierno de Gambia ha sido implementar partidas de nacimiento digitalizadas y acabar con las antiguas. Esto es un proceso mastodóntico porque los registros en Gambia son informales, pero, según las mismas fuentes diplomáticas, supondrá un primer filtro para evitar fraudes. También se pretende que haya un registro automático de los niños al nacer a través del sistema de salud. El objetivo final es que el país también deje de convivir con sus dos pasaportes y se quede con aquel biométrico que solo puede emitirse con la presencia del interesado y que ofrece más garantías.

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En la Embajada de Gambia inciden en que hay “diferencias culturales” que explican por qué en este país africano, como en muchos otros, no hay una base de datos con las partidas de nacimiento de sus ciudadanos, especialmente en las zonas menos urbanas. “En muchos lugares cuando nace un bebé no se emite un certificado de nacimiento de forma automática como ocurre en España, no está informatizado”, explican fuentes diplomáticas. Cuando alguien requiere un certificado de nacimiento acude al jefe de la aldea y le da la referencia de un evento o acontecimiento que ocurrió cuando el interesado nació. Entonces, el jefe local expide una especie de atestado con la fecha de nacimiento basado en esa referencia genérica. “La mayoría de las veces el año puede ser exacto, pero el día y el mes pueden no serlo”, explican. Con ese atestado el registro civil emite el certificado de nacimiento. “Todo se hacía de un modo informal”, añaden las mismas fuentes.

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