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Kroos, el faro del Madrid en la tormenta de Baviera: “No sé explicar su pase en el 0-1” | Fútbol | Deportes


En el Allianz Arena, un estadio tan imponente como alejado de la civilización, hay costumbres tan arraigadas por el pan pretzel. La grada local reservó un hueco en el fondo norte para recibir a los blancos con una de sus pancartas más antiguas y orgullosas: “La bestia negra”, rezaba la lona roja con letras blancas, la única de la afición muniquesa escrita en castellano para recordarle al equipo blanco aquellas noches de tortura que solía sufrir en los ochenta y noventa en cada viaje a Múnich.

Bayern

2

Neuer, Joshua Kimmich, Noussair Mazraoui, Kim Min-Jae, Eric Dier, Sane (Alphonso Davies, min. 86), Jamal Musiala, Müller (Gnabry, min. 80), Laimer, Leon Goretzka (Raphael Guerreiro, min. 45) y Kane

2

Real Madrid

Andriy Lunin, Ferland Mendy, Nacho (Camavinga, min. 64), Rüdiger, Lucas Vázquez, Aurelien Tchouameni, Federico Valverde, Kroos (Brahim Diaz, min. 75), Rodrygo (Joselu, min. 86), Jude Bellingham (Modric, min. 75) y Vinicius Junior

Goles 0-1 min. 23: Vinicius Junior. 1-1 min. 53: Sane. 2-1 min. 57: Kane. 2-2 min. 83: Vinicius Junior.

Árbitro Clément Turpin

Tarjetas amarillas Noussair Mazraoui (min. 43), Kroos (min. 64), Kim Min-Jae (min. 82) y Lucas Vázquez (min. 91)

Pese al provechoso empate, los apuros del Madrid durante muchos tramos evocaron a esos suplicios del pasado que no olvidan al sur de Alemania. Ni aunque llevaran tres derrotas seguidas en casa ante los merengues desde 2014.

No se había llegado al minuto 10 y el Madrid era un pesquero zarandeado por una tormenta del Atlántico. A los 43 segundos, Lunin ya había salvado un mano a mano con Sané. La lluvia de tiros no cesaba mientras Militão asomaba desde el banquillo para pedirles a sus compañeros que sacaran el culo del área y Carlo Ancelotti montaba el gabinete de crisis con su hijo. “Estábamos demasiado blandos”, analizó el técnico. El único que tenía la solución entonces era Toni Kroos.

El estadio, además de recordarle al Madrid los peores años de su vida en Alemania, desplegó una coreografía de homenaje a Franz Beckenbauer, fallecido a principios de año. “Como director de orquesta conocido en todo el mundo”, se pudo leer en la curva sur. La frase se la apropió el alemán, capaz, él sí, de sacar al Madrid de la cueva tras el poderoso arranque del Bayern. Pase a pase, fue domesticando el ardor de los germanos, que se lanzaban como panteras a presionar la salida de balón blanca.

En mitad del acoso, levantó los brazos, literalmente, para meter a su equipo en el carril. El ex del Bayern era el único jugador del Madrid lúcido para enderezar lo que había empezado muy torcido. Le decía a Lunin dónde tenía que sacar, abroncaba al portero por despejar al patadón cuando podía controlarla, le protestaba al árbitro y, sobre todo, bajaba hasta la base para tratar de poner un poco de orden en un equipo en el que muchos corrían pero solo él tenía la fórmula para amainar el empuje local.

Solo falló tres pases

Y en esas andaba cuando filtró un envío maravilloso, largo, profundo y tenso, para que Vini se apuntara el 0-1. Un pase que el alemán se lo señaló antes con la mano derecha para que atacara ese espacio. Unos pocos se fueron a abrazar al brasileño y la mayoría acudió a felicitar al alemán, levantado en el aire por Rüdiger. Un mucho de Kroos y un tiro a puerta del Madrid para ir 0-1 después del tiroteo. “No tengo ni palabras, no sé explicarlo”, comentó Rodrygo sobre la asistencia del centrocampista.

“Hay mucho crédito para Vini. porque es quien me ofrece hacer el pase con su movimiento. Lo ha hecho bien y como lo conozco, sé que va al espacio. Ese hueco lo abre Vini”, valoró Kroos. “Jugadores como él siempre te dan la posibilidad de dar pases. No solo es rápido, también es listo, y sabe cómo y cuándo se tiene que mover. Lo ha hecho bien y es su cualidad ir al espacio. Ahí es difícil pararle”, añadió el alemán.

El tanto puso el foco, además, sobre una de las decisiones de Ancelotti que se han consolidado en Europa. Por tercer partido consecutivo (los dos de cuartos con el City y este en Múnich), Rodrygo se quedó con la izquierda que parecía propiedad en exclusiva de Vini, y este ejerció como delantero. La medida supone un paso más en la misión que le encomendó Carletto a inicios de curso de atacar los espacios centrales para acercarse al gol. “Él puede jugar de nueve. También necesitas un medio como Kroos para meterte un pase así”, matizó Ancelotti. Vini se lo agradeció al germano con una reverencia.

Lo único que le faltaba a Kroos era marcar en una contra. Esa rareza. Y a punto estuvo de lograrlo al comienzo de la segunda parte. Neuer le sacó el guante en un tiro al palo más lejano. Eso ocurrió justo antes de que llegara otro vendaval del Bayern, que remontó en tres minutos. Kroos levantaba los brazos para que ese Madrid de jóvenes no se cayera, aunque Ancelotti optó a falta de un cuarto de hora por la frescura de Modric. Un cambio habitual desde que el italiano decidió que uno u otro, pero rara vez los dos a la vez.

Terminó la función de Kroos, el jugador del choque con más intervenciones (98) y el que más pases dio (82). Y solo falló tres. “No hubo nada nuevo en su partido”, cerró el entrenador blanco, que admitió que no se había visto la mejor versión de su equipo.

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