El PSC arranca la negociación para formar Govern con el foco en la Mesa del Parlament | Elecciones Cataluña 12M
Tras la resaca de su éxito electoral en Cataluña, el PSC ha abierto la negociación para lograr la investidura de Salvador Illa. Los socialistas catalanes suman 42 escaños, lejos, por tanto, de la mayoría absoluta, y necesitarán los votos de Esquerra para poder alcanzar la presidencia de la Generalitat. Las conversaciones coincidirán en plena campaña de las elecciones europeas, que se celebran el 9 de junio, con la particularidad de que la constitución de la Mesa del Parlament está fijada como fecha límite para el día 10. Los socialistas planean controlar el órgano y que refleje por primera vez en décadas que el nacionalismo y ahora independentismo ha perdido la mayoría absoluta. Con todo, nadie descarta que la presidencia de la Cámara pueda acabar siendo para un diputado soberanista dada la necesidad de apoyos que tienen tanto Illa en Cataluña como Pedro Sánchez en el Congreso.
Las conversaciones están en fase preliminar y el resultado final de las mismas será un preludio de cómo se cerrará la negociación de la investidura. O cuando menos, dará pistas de cuál será el desenlace. La Mesa, desde luego, dará un giro de 180 grados: hasta ahora cinco de sus siete miembros eran independentistas (dos de ERC, dos de Junts y uno de la CUP frente a dos del PSC) y los socialistas quieren cambiar la correlación de fuerzas para garantizarse una mayoría no soberanista y de izquierdas. Sus premisas son que sea un órgano plural —incluyen negociar con el PP su presencia en la Mesa— y bajo su control, pero con la particularidad de no enfadar en exceso ni a Junts (35 escaños) ni a ERC (20), socios parlamentarios ambos en el Congreso de Pedro Sánchez.
“Haremos todo lo posible para evitar la repetición electoral. El resto de fuerzas no debe bloquear”, dijo Núria Parlon, la portavoz del PSC en la SER. Pese a su clara victoria, los socialistas son conscientes de la complejidad del escenario y dibujan dos opciones: un Govern con fuerzas de izquierda (ERC lo descarta u otro en minoría (con o sin los comunes) aplicando la geometría variable. Con ese guion, el PSC busca que ERC no obstaculice la investidura. De entrada, ya ha constituido la comisión negociadora capitaneada por la vicepresidenta Lluïsa Moret e integrada por los diputados Alícia Romero y Ferran Pedret y tres secretarios: el de organización (José Luis Jimeno); el de política municipal (Joaquín Fernández) y el de programas (Javier Vilamayor).
El primer banco de pruebas será la Mesa: una de las hipótesis que circulan entre los partidos es que el PSC acepte que la presidencia del Parlament sea para diputado independentista para allanar la investidura de Illa. “Eso ahora mismo no está sobre la mesa. No es una cuestión que se haya planteado. La comisión se acaba de constituir y no ha podido abordar este tipo de funciones”, afirman fuentes del PSC, que sí aceptan que la Mesa tiene que reflejar la “pluralidad” y la “fuerza” que los ciudadanos han otorgado a cada uno de los partidos. La elección de los siete integrantes de la Mesa se realiza mediante urna y votación nominal, incluidas las de los cuatro secretarios. “Debemos ser realistas. Nos gustaría una Mesa lo más progresista posible”, ha admitido Joan Mena, portavoz de los comunes, consciente de la dificultad de que una de las siete sillas sea para su espacio.
La presidencia del Parlament no es un cargo baladí ni puramente honorífico. De entrada, quien la ocupe tendrá que decidir quién propone ante el Pleno para someterse a la sesión de investidura y, por tanto, deberá aceptar la propuesta de Illa o bien la de Puigdemont en el caso de que este presente su candidatura. ERC ya se ha desmarcado de ellos. Además, ordena los debates y tiene influencia sobre la prioridad de las cuestiones a tratar. Y tampoco se puede desdeñar su peso institucional. El sueldo del presidente de la Cámara catalana está fijado en estos momentos en 9.523 euros mensuales, entre la asignación y el complemento por representación.
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La historia dice que el PSC no ostenta la presidencia del Parlament desde 1999, cuando la asumió Joan Raventós (1995-1999). Entonces, el Govern estaba en manos de la CiU de Jordi Pujol y el Parlament descansaba sobre una mayoría nacionalista. A diferencia del Congreso, la alternancia de color político entre las dos instituciones no es una extravagancia y ha sido habitual en Cataluña. Durante el tripartito presidido Pasqual Maragall y José Montilla, el presidente del Parlament fue Ernest Benach (2003-2010). ERC, como ahora, era la tercera fuerza. Los republicanos y Junts también han cohabitado: a Pere Aragonès le ha acompañado Laura Borràs y Anna Erra (Junts) y a Quim Torra, Roger Torrent (ERC).
Desde 2010, el Parlament ha sido presidido siempre por mujeres, salvo la legislatura de Roger Torrent (2017-2021). Erra ha dirigido la cámara los dos últimos años. Dirigentes socialistas anhelan que el acuerdo de la Mesa no sea al límite para que no monopolice la campaña de las europeas. Los antecedentes no son muy halagüeños. De hecho, la mesa del Congreso este agosto se pactó horas a contrarreloj y horas antes del inicio de la sesión. Lo que está fuera de duda es la capacidad del PSC de Illa de cerrar pactos con todo el mundo: tras las elecciones municipales con todos los partidos salvo con Vox.
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