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Por qué Lunin no se tiró en el penalti de Bernardo Silva y cambió la tanda: el gol de RDT que le convenció de aguantar | Fútbol | Deportes



Cuando Andriy Lunin vio a Bernardo Silva acercarse a lanzar el segundo penalti de la tanda el miércoles, recordó un día soleado de febrero a las dos y media de la tarde en Vallecas. Entonces, tenía indicaciones de Luis Llopis, el preparador de porteros del Real Madrid, de aguantar en el centro. El análisis de la gente de Ancelotti preveía que ahí es donde iba a apuntar el delantero del Rayo. Sin embargo, el ucranio se estiró a su izquierda y RDT marcó, en efecto, por el centro. Lunin anduvo luego algo pesaroso por aquello, aunque en el cuerpo técnico saben que para un portero no resulta sencillo aguantar sin tirarse: prefieren equivocarse de lado que no moverse.

Y ahí estaba Bernardo, una especie de segunda oportunidad, en el momento más decisivo de la tanda, quizá el más importante de la carrera del ucranio. El City había anotado el primero y Ederson había detenido el de Modric. El equipo que abre los desempates tiene cierta ventaja: gana entre el 55% y el 58% de las veces. En parte, por la presión que añade al contrario ir por detrás. Más aún, si se avanza con desventaja. Un acierto del portugués, un 2-0 temporal, habría supuesto un peso gigantesco. En la noche de Mánchester, Lunin se plantó sobre la línea de gol con las mismas indicaciones que en Vallecas: aguantar en el centro. Esta vez siguió el plan, agarró la pelota y empezó a virar la tanda.

El camino llevaba días trazado. Durante la prórroga, había un sector del banquillo del Madrid convencido de que si alcanzaban los penaltis, la eliminatoria era suya. Después del triunfo, Lunin, que agradeció a Llopis la ayuda, solo desveló parte del plan: “Había que arriesgar con uno. En uno había que quedarse en el centro. Menos mal que salió bien”, dijo. Pero no era uno cualquiera.

Cuando terminó la prórroga y los futbolistas del Madrid se juntaron alrededor de Ancelotti, el ucranio pasó de largo y se fue con Llopis y Kepa Arrizabalaga, su suplente, a repasar datos y gráficos. Estaban convencidos de que Bernardo iba a tirar al centro, según fuentes conocedoras de los informes que manejaron. Habían detectado que era su preferencia en las situaciones de mayor presión. Kepa guardaba incluso un recuerdo personal de la tanda la final de la Carabao Cup de 2019 que había jugado con el Chelsea. Al portugués le tocó el cuarto del City, en un punto de estrés máximo: el equipo de Londres había marcado dos y fallado otros dos, y el de Guardiola llevaba dos aciertos y un fallo. El portero español se lanzó a su izquierda y Silva marcó por el centro.

El análisis del cuerpo técnico del Madrid coincide con el del profesor de la London School of Economics Ignacio Palacios-Huerta, el mayor estudioso de los penaltis a través del uso de la teoría de juegos. El economista elaboró en la primera parte de la temporada un informe para un equipo de la Premier al que asesora en el que recomendaba lo mismo: que el portero se quedara en el medio si Bernardo disponía de un penalti. Este jueves por la mañana, intrigado, rescató el documento para revisar su previsión: “Es fascinante”, dice. “¡Había tirado solo tres penaltis! Uno a la izquierda, uno al centro y uno a la derecha. Y parece que el algoritmo debería tratarlos como similares. Hay muy poquitos datos y son todos muy iguales. ¡Pues no! El algoritmo te dice que hay el 51% de probabilidad de que tire al centro y el resto se divide entre derecha (15%) e izquierda (34%)”. Una diferencia muy significativa con una muestra tan exigua.

Palacios-Huerta lleva años construyendo un sofisticado algoritmo que elabora recomendaciones a partir del tratamiento de los datos de unos 20.000 lanzamientos pasados por el filtro del equilibrio de Nash de la teoría de juegos. Este equilibrio predice la estrategia que elegirá cada contendiente teniendo en cuenta lo que hará el rival. El algoritmo usa información del jugador complementada con la de otros similares. En el caso de Bernardo Silva, zurdos que hubieran tirado sus tres primeros penaltis cada uno a un lado. “Pero también qué hacen cuando hay presión”, explica. “No es lo mismo un amistoso que una final de Copa. Aquí había muy pocos penaltis, pero mucha diferencia de presión”. Lo mismo que habían concluido Llopis y Kepa para convencer a Lunin para no hacer como con RDT en Vallecas.

Aunque después del partido Rodri apuntó al azar: “Teníamos la sensación de que los penaltis evidentemente les convenían más a ellos. Les ha vuelto a tocar. Como de normal”. El Real Madrid no pierde una tanda de penaltis desde 2012, en la semifinal de la Champions contra el Bayern, el rival dentro de dos semanas también en la semifinal.

Palacios-Huerta siempre rechaza el planteamiento del azar: “Es increíble que la gente sea supersticiosa y no preste atención a cuán mejorable puede ser una jugada que puede ser crucial en un partido totalmente crucial”. Guardiola este miércoles coincidió: “Johan Cruyff me decía que la suerte no existe, y yo estoy bastante de acuerdo. Al final no hemos conseguido hacer gol. Basta”.

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