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Sánchez se vuelca en la campaña catalana con un alegato contra los “poderosos” y por la “política limpia” | España



El primer mitin de Pedro Sánchez en la campaña electoral de Cataluña tras los cinco días de reflexión en los que puso a España patas arriba ha vuelto a poner de manifiesto lo que hasta sus rivales políticos le reconocen: la capacidad del presidente del Gobierno y secretario general del PSOE de dominar la agenda. La política española y catalana giran y giran sin parar alrededor de Sánchez que, el lunes, festividad de San Pedro Mártir, confirmó que seguía en La Moncloa y, tres días después, ha reaparecido en un caluroso acto de partido. La efeméride no podía albergar más simbolismo: ha coincidido con el 145º aniversario del PSOE. Y le ha servido además para entroncar su discurso con el Sánchez de las primarias de 2017 contra los poderes fácticos y el de las elecciones del 23-J, contra la derecha judicial y mediática. De nuevo, el líder socialista exhibió su conexión con la militancia.

“¡Gracias por todo el cariño, empatía y solidaridad que he recibido de todos vosotros. Gracias de corazón!”, arrancó Sánchez. “Después de ver toda la corriente de solidaridad, empatía y manifestaciones me he dado cuenta de que vivimos en un gran país donde somos más los que queremos una política limpia frente a quienes quieren una política de insultos, bulos y descalificaciones”, proclamó al poco entre los clamores y gritos de “¡presidente!” e incluso “¡Sí se puede!”. El Polideportivo Municipal La Parellada de Sant Boi de Llobregat se ha transformado en un templo al que acudieron en procesión 2.000 militantes y simpatizantes del PSC. Otro millar lo ha seguido fuera en una pantalla gigante, entre dos carteles de Salvador Illa con los lemas de Força per governar e “Illa President”. “¡Gracias Pedro, secretario general, presidente del Gobierno, compañero y amigo por tu labor al frente del Gobierno! Ya van cinco años nada fáciles. Gracias sobre todo por tu coraje, por tu valentía, por tu trabajo para que Cataluña volviera a la normalidad. Sabemos que te la has jugado por Cataluña y Cataluña no va a olvidar esto”, incidió el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat.

En esta campaña catalana en la que Salvador Illa quiere situarse en la centralidad y promete un gobierno transversal, Sánchez ha desempolvado su discurso más de izquierdas. “Estamos del lado de los que no pueden, de los que no tienen, de la mayoría social, de la clase media, de los trabajadores y trabajadoras frente a los poderosos. Reivindicamos que la política no es el territorio de los poderosos, sino de la gente de a pie, a la que servimos durante 145 años de vida y seguiremos sirviendo durante toda la existencia del PSOE”, expresó. En esa línea, el líder del PSOE responsabilizó a la derecha de generar el clima de polarización que vive la política española. “Me tenéis dispuestos para hacer frente a la máquina del fango de Feijóo y de Abascal (…) ¿La pregunta es por qué siempre hay crispación cuando la derecha está en la oposición?”, arremetió. “¡Os propongo que el 12 de mayo ganemos al fango votando a Salvador Illa!”, enfatizó en otro de los momentos álgidos de su discurso en uno de los actos colectivos más emocionales de sus diez años en Ferraz. “La democracia puede más que el fango y los votos más que los bulos, así que hagamos que gane la democracia el 12 de mayo”, reiteró.

Las muestras de afecto y el entusiasmo desbordado han sido constantes en uno de los bastiones del PSC en el cinturón rojo de Barcelona. “Gracias por enseñarnos con tu ejemplo la importancia de humanizar la política, solo humanizándola la haremos útil. Lo que has hecho no es un símbolo de debilidad y cobardía, es un símbolo de coraje”, ensalzó al presidente Lluïsa Moret, alcaldesa de Sant Boi. Lo mismo decían los protagonistas del mitin que los militantes y simpatizantes. “Yo he venido especialmente porque venía Pedro Sánchez”, reconocía Elvira Crespo, parada de 64 años y vecina de Sant Boi, una ciudad de 85.000 habitantes en el área metropolitana de Barcelona, mientras hacía cola a las cinco de la tarde. Todavía faltaban dos horas para el inicio del acto y, pese al viento incómodo, decenas de personas, la mayoría de 50 años en adelante, ya se arremolinaban en la entrada. “Es que lo vi todo muy mal, pensé que se iba… Cuando dijo que seguía, metí un grito que se me escuchó en todo el bloque”, reía aliviada Crespo. “Es mi primer mitin en directo”, contaba Montse Martínez, opositora de 30 años, vecina de Sant Boi y miembro de las Juventudes del PSC. “[Sánchez] Tuvo el calentón propio de cuando te tocan a alguien muy cercano —su esposa, Begoña Gómez—, pero si se hubiera ido habrían ganado los que lanzan bulos”, cerraba filas. ¿Y el debate sucesorio? “¡Para nada!”, zanjaba.

“Los políticos también son humanos”

El aforo del polideportivo ya estaba a rebosar a las seis de la tarde. Todos los afiliados y votantes del PSC confesaban que habían vivido con temor la posibilidad de que Sánchez dimitiera. Nadie le reprochó que su permanencia no fuese acompañada de medidas concretas para regenerar la política. “Seguí su comparecencia en casa bastante nervioso, pero cuando quedó claro que continuaba fue como una liberación”, asentía José Luque, jubilado de 65 años. “Yo me asusté pero bien, si este hombre se nos va no quiero pensar qué habría pasado”, añadía otro militante, Francisco Navarro, pensionista de 77 años. “No veo mal lo que ha hecho. Los políticos también son humanos, parece que había que recordarlo”, apostillaba Navarro. “¿Que por qué estamos aquí? ¡Hemos sufrido un montón y queremos ver al jefe porque le queremos con delirio!”, explicaba Manuel Vaca, jubilado de 69 años y afiliado de la UGT. Su esposa, Dana Ianos, ama de casa de 53 años, recordaba que también se habían desplazado “para apoyar a Salvador Illa, el próximo president si Dios quiere”.

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Éste ha sido el primer baño de multitudes de Sánchez en la campaña del 12-M. El líder socialista va a estar al menos cuatro días seguidos en Cataluña, algo poco habitual en las agendas electorales del presidente. El miércoles apareció por sorpresa en la caseta del PSC en la Feria de Abril de Barcelona, con una aparición estelar en la caseta del PSC, sin escatimar en abrazos y selfies mientras de fondo se escuchaba Pedro de Raffaella Carra. Este jueves, antes del mitin, almorzó con Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, en el restaurante Casa Leopoldo, en el céntrico barrio de El Raval y que frecuentaba Manolo Vázquez Montalbán. El sábado Sánchez participará en el mitin central de la campaña en Montmeló. Ferraz y La Moncloa no dan pistas de si la próxima semana pretende tener más mítines y actos de partido aparte del cierre en Barcelona.

La liturgia que rodeó al regreso de Sánchez no acabó con el mitin. El éxtasis llegó cuando salió a saludar al millar de personas que habían seguido el mitin extramuros. “¡No nos dejes!”, le gritaban los militantes. “Habrá que madrugar para entrar el sábado en Montmelo”, se conjuraba una pareja contando las horas para el sábado.

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