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La militancia echa el resto para que Sánchez siga: “¡Pedro, quédate. No estás solo!” | España


La probabilidad de lluvia era del 25%. Pues ha llovido, y bien. La sede socialista de Ferraz se ha despertado esta mañana envuelta entre una mezcla de la canción de No para de llover de Maná, con su gran párrafo acorde a estos tiempos: solo y ya sin ti, me tienes como un perro herido… Tanto es así, que la vicepresidenta del Gobierno, Teresa Ribera, se ha dirigido casi de esta manera a la ejecutiva y a los 12.500 manifestantes que han colapsado las calles adyacentes y casi hasta la plaza de España, según la delegación de Gobierno. Todos ellos la han observado atentamente y a través de dos pantallas de televisión a modo de final de un Mundial –es la primera vez que se emite íntegramente en directo un comité federal, el máximo órgano del PSOE– junto a ocho altavoces que retumbaban de izquierda a derecha, pero sobre todo la izquierda. Ribera, recién nombrada candidata a las elecciones europeas de junio, ha soltado a los suyos:

—¡Nos pueden llamar perros porque somos fieles y leales!

El pueblo, socialista y atento, ha contestado de inmediato entre aplausos, gritos y, sobre todo, vítores, de todo tipo. El de las últimas horas. “¡Pedro, quédate, Pedro, quédate!”. “¡Merece la pena!”. El clásico y almodovariano: “¡Pedro! ¡Pedro!”. O los tradicionales: “Ni un paso atrás”. “Presidente, presidente”. “No estás solo”.

La tercera jornada de reflexión del líder del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comenzado aquí pasadas las ocho de la mañana, cuando han llegado los primeros autobuses desde todas partes de España: Asturias. Cataluña. Extremadura. Galicia. Andalucía. Castilla y León. Según fuentes de Ferraz, estaban previstos más de 50. De uno de ellos se ha bajado el gallego Juan Manuel Justicia, de 52 años, un hombre alto, en vaqueros, y con alguna ojera que otra. Justicia es el secretario de organización del PSOE de Lalín, un municipio de Pontevedra. Justicia se ha subido en Galicia pasadas las doce de la noche y se ha bajado en esta calle sobre las ocho. Tenía una misión:

—Tenemos que respaldar a Sánchez para que no nos deje. Que no nos abandone.

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De pronto, una señora, que también iba en ese mismo autobús, se ha metido en la conversación para respaldar la tesis de Justicia:

—Por favor, que no nos deje.

Ha sido muy difícil encontrar algún militante que dude de la continuidad de Sánchez. Todos los consultados –más de 50 y de todas las edades, aunque la mayoría de los manifestantes sobrepasaba la cincuentena— apuestan a que el lunes el presidente anunciará a toda España que seguirá. Aquí no se contempla otra opción. Tampoco que amplíe la reflexión unos días más con el puente de mayo. La devoción hacia Sánchez ha sido total. Nadie se acuerda de aquel Comité Federal que partió al PSOE en dos hace ocho años en este mismo lugar. Nadie se acuerda ya de quién fue Verónica Pérez que, precisamente, aquellos días de otoño de 2016 criticó duramente a Sánchez y proclamó: “En este momento, la única autoridad que existe en el PSOE es la presidenta de la Mesa del Comité Federal, que soy yo, les guste o no”. Todo esto se ha borrado entre la militancia.

Ana Collado, de 53 años, con dos hijas y empresaria en el municipio gallego de la Redondela, es afiliada al PSOE desde los 14. Admira a Sánchez. Observa el panorama político con mucha incertidumbre:

—Todo esto es por los medios de comunicación.

Pide abiertamente al presidente del Gobierno que no se vaya. “Su mujer [Begoña Gómez] es un punto muy importante para él. Si se marcha, nos va a dejar un poco huérfanos. Le necesitamos”.

—¿Tan importante es Sánchez?

—Él ha levantado el PSOE. Esto se iba a la deriva. ¿Qué pasa con la derecha? Que gobiernan ellos o nada. Este acoso y derribo no se puede tolerar.

La jornada histórica ―otra más, aquí nadie se acuerda de que el día de reflexión de las elecciones vascas fue hace siete días―ha empezado a eso de las 9.30, cuando un grupo de trabajadores de Ferraz han comenzado a repartir banderas de España y LGTBI entre la militancia. En un portal estaba Francisco Sanz, madrileño, de 63 años, que no es socialista, sino más bien curioso. Dice que la derecha está a la deriva. Que él no escucha propuestas de ningún tipo. “Solo veo insultos a diario. Cuando un alumno llama hijo de puta a un profesor se le expulsa. ¿Y en política? Esto es peligroso. No podemos vivir con un rencor permanente, siempre es mejor con una amistad mínima”. A Sánchez le considero “un tipo valiente”. Cree que va a seguir.

Sanz ha escuchado el discurso de la ejecutiva a través de los ocho altavoces y las dos pantallas de televisión. Hasta las diez, eso sí, no se ha cortado la calle al paso de los coches. De hecho, han pasado hasta un par de runners —siempre hay un runner en cualquier manifestación— y varios coches han pitado mientras sus conductores han sacado el puño por la ventanilla a modo de ánimo a la militancia. Después, la lluvia ha echado el resto durante un par de horas con una fuerte tromba. Y, como un alumbramiento y aunque parezca mentira, se ha frenado en seco con la primera intervención de la mañana, la de la vicepresidenta primera del Gobierno y número dos del PSOE, María Jesús Montero, que ha levantado pasiones tras sus primeras frases hacia Sánchez:

—Merece la pena que sigas, merece la pena que ganen los buenos.

Rogelio Pinta, de Huelva y con 34 años, ha aplaudido continuamente. Y a viva voz ha logrado que su cántico prolifere sobre el resto: “Pedro, valiente, líder de la gente”. Dice que él entiende perfectamente este parón del presidente. “Yo me presenté a las elecciones municipales en mi pueblo en 2023 y también he recibido apoyo psicológico. Paré en agosto y septiembre por la tensión y solo soy concejal”.

De toda la mañana, la imagen que pasará a la historia de este comité es la de la unión entre los socialistas y la Ejecutiva, que ha sido de tal calibre, que al finalizar las intervenciones de los secretarios autonómicos —Emiliano García Page ha recibido pitos y gritos de “fuera, fuera”―se han bajado a la calle. A saludar, a abrazar a los manifestantes, a hacerse selfis, fotos, vídeos. El DJ, eso sí, ha puesto de su parte para amenizar la jornada.

La militancia ha coreado la canción del canario Quevedo, que se ha puesto más de cinco veces: “Quédate, que las noches sin ti duelen…”. Ha habido tiempo también para corear Para la libertad, de Joan Manuel Serrat, La Puerta de Alcalá de Víctor Manuel y Ana Belén, Papá cuéntame otra vez, de Ismael Serrano, y hasta La Internacional.

Pero si hay una imagen que destacar esta mañana ha sido la del jefe de gabinete de Sánchez, Óscar López. López ha observado a la militancia desde la cochera de la sede de Ferraz, con unos ojos visiblemente vidriosos. López es uno de los poquísimos miembros del PSOE que mantiene contacto con Sánchez desde el pasado jueves. López ha recibido los abrazos y palmadas de diputados, concejales y dirigentes socialistas. Nadie sabe aún qué dirá Sánchez el lunes. Ni siquiera López. Sobre las dos, la mujer más aclamada y sobre quien están todos los focos, María Jesús Montero, se ha ido a pie entre vítores y aplausos. Un militante la ha frenado en seco:

―Dile a Sánchez que aguante, Montero.

—Vale. Yo se lo digo.

Faltan 48 horas. Y el lunes, por cierto, el calendario indica que es San Pedro El Mártir.

Imagen de la manifestación en la calle Ferraz de Madrid.
Imagen de la manifestación en la calle Ferraz de Madrid.Rodrigo Jimenez Rodrigo Jiménez (EFE)

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